jueves, 17 de febrero de 2011

Animal Man: El hombre salido del cómic.

Hay solo una bestia: El Hombre.

Rubio, bien parecido y con superpoderes producto de la ciencia -ficción que hizo tan populares a otros héroes de la Edad de Plata, Buddy Baker, mejor conocido como Animal Man, fue uno más de las docenas de superhéroes que aparecieron durante esa época.

Creado en 1965 por el escritor Mike Wood y el artista Carmine Infantino, apareció por primera vez en la revista Strange Adventures #180, de la editorial DC Comics. Buddy se encuentra una nave alienígena que estalla frente a él, y obtiene el poder de copiar las habilidades de los animales cercanos (la habilidad de volar de las aves, la fuerza de un elefante o las descargas eléctricas de la anguila). Por desgracia, esto no le bastó para tener más que apariciones esporádicas y ser la estrella invitada en los títulos de superhéroes más populares.

No sería hasta 1988 que Buddy obtendría su propio título, como parte de un esfuerzo de DC Comics de reinventar y revitalizar viejos personajes, como el genial Alan Moore había demostrado que era posible con el entonces olvidado Swamp Thing.


¿¡Acaso no están entretenidos!?

Quiso el destino que las aventuras de Buddy fueran producidas por un joven escritor escocés llamado Grant Morrison (guionista de Arkham Asylum y Doom Patrol) y los artistas Doug Hazlewood y Chas Truog, quien junto con el portadista Brian Bolland hicieron que su etapa en la serie de Animal Man alcanzara un status de culto entre los fans de cómic de todo el mundo.

La serie comienza con los esfuerzos de Buddy, casado y con un niño y una niña, de usar su identidad de Animal Man para obtener fama y un lugar en la nueva Liga de la Justicia. Su primer caso es en un laboratorio que ha sido atacado por el casi olvidado B'Wana Beast, poseedor también de poderes animales. Buddy no se explica el por qué del ataque, hasta que descubre que en el laboratorio se estaban haciendo experimentos de armas virales en animales, uno de los cuales era el simio compañero de B'Wana Beast.

Esto marca un cambio en Animal Man, quien decide enfocar sus esfuerzos a la protección y defensa de los animales: desde liberar animales de laboratorio, a evitar la matanza indiscriminada de delfines y sabotear la cacería deportiva del zorro; hasta cambiar su dieta y la de su familia al estilo vegetariano, lo cual le causa muchos problemas con su esposa e hijos.


No se preocupen, ese delfín no es inteligente.
Gastó todo su dinero en la lotería instantánea.


Lo mejor de la historia es el mismo personaje titular, Buddy Baker. Libre de la pesadas cadenas de ser un personaje popular de la editorial, esto le permite a Morrison el dotarlo de una personalidad más definida y más realista: Buddy comienza a usar una chaqueta por encima de su traje de superhéroe para tener donde llevar dinero y las llaves de su casa, además de intentar verse un poco menos ridículo, y teniendo treinta años cumplidos, empieza a preocuparse por tener un impacto positivo en su mundo, yendo más allá de solo aparecer para golpear a los supervillanos y rescatar gatos de los árboles. Sus nuevas preocupaciones lo llevan a tener conflictos con su familia y amigos, a quienes empieza a exasperar los extremos a los que llega en su nueva faceta como protector de los animales y la ecología.

Pero Morrison no se limita a mostrar la crueldad del hombre hacia los animales, sino también aprovecha de contar una historia única, en la que la realidad del mundo de Animal Man comienza a desmoronarse, tanto al nivel personal como cósmico, culminando en que Buddy logre conocer al responsable de todos sus males, y se dé cuenta de que es un personaje ficticio, sujeto a los dictados y caprichos de un escritor de cómics, sufriendo y peleando para entretener a los lectores.


¿Y si Dios fuera uno de nosotros?
¿Un simple tipo, como nosotros?
Solo un escritor de cómics,
tratando de ganarse la vida...

La etapa de Morrison como escritor comprende los números 1 al 26 de la serie. Y como toda historia de Grant Morrison, esta llena de referencias a personajes clásicos de DC, mitología de todo el mundo, viajes psicodélicos y cuestionamientos sobre la realidad; tanto del mundo de los cómics, como la de nuestro propio mundo.

Si todavía no estás convencido de leer esta historia, lee al menos hasta el número 5: El Evangelio del Coyote. Lo único que diré de este número es que cambiará la forma en como ves las caricaturas de la Warner Bros., y al personaje del Coyote.

En la actualidad, Animal Man sigue activo, apareciendo en las series 52 y Countdown to Adventure, haciendo equipo junto con el héroe espacial Adam Strange y la heroína Starfire; y en una miniserie de seis números llamada The Last Days of Animal Man.

Otras obras que Grant Morrison ha escrito son New X-Men, Doom Patrol, Final Crisis, All Star Superman, Batman y JLA; y las series de Vértigo The Invisibles, Flex Mentallo y WE3, esta última también con temática del abuso y experimentos con animales.


Para saber más:

ergocomics: Animal Man: El secreto del Universo

fuckyeahgrantmorrison en Tumblr

Galería de portadas de Animal Man

viernes, 24 de diciembre de 2010

Santa Claus: ¿Mito o realidad?

"Querido Vampiro de Neptuno:

Tengo 8 años. Algunos de mis amiguitos dicen que no hay un Santa Claus.

Papá dice “Si lo ves en El Vampiro de Neptuno, es verdad.”

Por favor dime la verdad: ¿Existe Santa Claus?”

-Virginia.


Virginia, tus amiguitos se equivocan. Han sido afectados por el escepticismo de una época escéptica. No creen excepto en lo que ven. Piensan que nada puede ser si no lo comprenden sus pequeñas mentes.


Santa Claus, revisando su plan de vuelo.

Todas las mentes, Virginia, sean de adultos o niños, son pequeñas. En este gran universo nuestro el hombre es un mero insecto, una hormiga, en su intelecto, comparado con el mundo sin límites a su alrededor, como es medido por la inteligencia capaz de entender toda la verdad y el conocimiento.


Sí, Virginia, existe Santa Claus. Existe tan cierto como el amor y la generosidad y la devoción existen, y sabes que abundan y le dan a tu vida su mayor belleza y alegría.


¡Ay! Cuan terrible sería el mundo si no hubiera un Santa Claus. Sería tan terrible como si no hubiera Virginias. No habría una fé infantil entonces, ni poesía, ni romance para hacer tolerable esta existencia. No tendríamos disfrutes, excepto de tacto y vista. La luz eterna con la que la infancia llena el mundo se extinguiría.


¡No creer en Santa Claus! ¡Bien podrías no creer en las hadas! Podrías hacer que tu papá contratara hombres para vigilar todas las chimeneas en Nochebuena para atrapar a Santa Claus, pero aún si no vieran a Santa Claus descender de ellas, ¿que probaría eso? Nadie ve a Santa Claus, pero eso no significa que no haya un Santa Claus. Las cosas más reales de este mundo son aquellas que ni los niños ni los adultos pueden ver. ¿Alguna vez viste hadas bailando en el jardín? Claro que no, pero eso no prueba que no estén ahí. Nadie puede concebir o imaginar todas las maravillas que están ocultas y sin ver en el mundo.


Santa Claus escoltado por la Fuerza Aérea Canadiense, Navidad 2004

Puedes desarmar la sonaja de un bebé y ver que hace el ruido adentro, pero hay un velo cubriendo el mundo invisible que ni siquiera el hombre más fuerte, ni la fuerza entera de todos los hombres fuertes que hayan vivido, puede apartar. Solo la fé, la imaginación, la poesía, el amor, el romance, pueden apartar esa cortina y ver y mostrar la belleza sobrenatural y la gloria que hay detrás. ¿Es todo eso real? Ah, Virginia, en este mundo no hay nada más real y permanente.


¡Que no haya un Santa Claus! ¡Gracias a Dios! Él vive, y vive por siempre. Mil años a partir de hoy, Virginia, no, diez veces diez mil años a partir de hoy, continuará alegrando el corazón de los niños.


Con apologías a Francis Pharcellus Church. Adaptado y traducido de su original: "Yes, Virginia, there is a Santa Claus".


Si quieres rastrear a Santa Claus en su viaje a lo largo del mundo, visita la página del NORAD (North American Aerospace Defense Command): NORAD tracks Santa. (en español)


¡Feliz Navidad a todos los que visitan este blog!


martes, 19 de octubre de 2010

Holocausto Caníbal: Actividad nada normal

"El Hombre es omnipotente; nada le es imposible. Lo que parecían empresas imposibles ayer son historia hoy. La conquista de la Luna, por ejemplo: ¿quién la menciona en estos días? Hoy estamos en el umbral de conquistar nuestra galaxia, y en un mañana no muy distante, consideraremos la conquista del universo, y aún así, la humanidad parece ignorar el hecho de que en este mismo planeta aún hay gente viviendo en la Edad de Piedra y practicando el canibalismo."



Más horrible que el video de los XV años de tu hermana.


Para celebrar el próximo Halloween (o Día de Brujas), les traigo esta reseña de esta película de culto del género del horror.

Como el nombre lo indica, esta película es bastante sangrienta y horrenda. Y sin embargo, el horror no viene de los varios actos de canibalismo cuyo título anuncia, sino de algo más prosaico: la crueldad de los civilizados hacia las gentes que viven en estado natural; la explotación de la naturaleza por parte de los humanos, y un ejemplo tanto ficticio como real acerca de cuan lejos esta dispuesto a llegar un realizador de cine para lograr las escenas que desea.

Pero me adelanto. Todo a su tiempo.

La película se estreno en 1980, filmada por el director italiano Ruggero Deodato, quien ya antes había filmado otra película acerca de caníbales, Ultimo mondo cannibale (1978). Durante esa época la industria del cine italiana se nutría tanto del género de los Spaghetti Westerns como de las populares cintas del género de explotación y horror “gore”, que buscaban impactar a su público con escenas bizarras y de violencia. Esto le permitió a Deodato el poder trasladarse a las selvas de Colombia para hacer la filmación de su película en escenarios naturales y empleando personas de las tribus indígenas del lugar como actores.

La historia empieza con la búsqueda del Profesor de Antropología Harold Monroe, quien es patrocinado por una cadena de televisión americana, para que descubra el paradero de un equipo de jóvenes cineastas que filmaban un documental en las selvas de Brasil. Conformado por el director Alan Yates; su novia y guionista, Faye Daniels; y los camarógrafos y encargados de sonido: Jack Anders y Mark Tomaso.

Al llegar al área donde se les vio por última vez, el Prof. Monroe se encuentra con una gran desconfianza y hostilidad por parte de las gentes de la región. Tras ganarse la confianza de una tribu local, los Yanomamo, estos le desvelan el destino final del equipo de filmación: sus huesos han sido usados para construir un altar, debajo del cual se encuentran su cámara y sus rollos de película. Los nativos le permiten al Prof. Monroe llevarse los rollos de vuelta a Estados Unidos para que sean revelados y así descubrir que es lo que le ocurrió a los jóvenes.


Que suerte, alguien dejó tirado su cráneo.

Los ejecutivos de la televisora se muestran complacidos por los resultados del Prof. Monroe, y le proponen que ayude con la realización del documental, el cual piensan transmitir tan pronto sea terminado. Monroe les responde que primero deberá ver las cintas antes de dar su respuesta.

El Profesor investiga acerca de la obra de Alan Yates, y el carácter de su equipo. Yates mismo había soportado acusaciones de que varias escenas de un documental pasado habían sido preparadas para presentar imágenes más impactantes, y varios de los familiares de su equipo de filmación se expresan de manera muy pobre acerca de su carácter y obras.

Monroe comienza a ver los rollos de películas recuperados. Los cuatro jóvenes habían salido en búsqueda de imágenes impactantes, esperando poder filmar los actos de canibalismo y violencia de los nativos del área.

Es durante esta sección que nuestro punto de vista cambia de manera drástica: vemos las filmaciones hechas por el equipo de Yates, la cámara cambiando de manos de manera constante, para mostrarnos su travesía a través de la selva, mostrando sus actos de manera honesta y sin edición.

Por medio de estas filmaciones, vemos a los jóvenes actuar de maneras cada vez más crueles: cuando descubren un pueblo pacífico, usan a sus pobladores para escenificar un supuesto ataque de guerreros enemigos, encerrándolos en una choza de paja a la que le prenden fuego, y filmando como se quema hasta solo quedan cenizas. Los videos solo muestran una simple indiferencia de parte del equipo de jóvenes tras su acto de asesinato masivo.

Pero aún más sorprendente es el comportamiento de los ejecutivos de la televisora al ver estas imágenes, complacidos de poder mostrar a su público unas imágenes tan impactantes. Monroe se muestra disgustado ante su afán de lucrar usando estos horrendos actos, y para hacerlos cambiar de opinión, les ofrece mostrarles el resto de las filmaciones

Cuando Yates y su equipo encuentran a una joven mujer nativa, los hombres del grupo la violan, a pesar de las protestas de Faye, y después la usan para mostrar el “salvajismo” de los nativos al mostrarnos su cadáver empalado en una rama de árbol, otro acto escenificado para beneficio de su documental.

Pero poco después, son encontrados y cazados por la tribu de la joven asesinada. Incluso cuando su amigo Jack muere a manos de los nativos, Yates intenta seguir filmando, para obtener la exclusiva de sus rituales de canibalismo. Todo esto termina perjudicando a los tres sobre vivientes, quienes siendo descubiertos por los caníbales, son perseguidos a través de la jungla. Yates y Mark logran escapar y ocultarse, pero Faye es capturada por los nativos, quienes la violan y asesinan en venganza.

La insistencia de Yates en seguir filmando hace que Mark y él sean descubiertos y asesinados por los nativos. La cámara cae al suelo, y nos muestra una última imagen, la cabeza de Yates rodando por el suelo, deteniéndose frente al lente de la cámara.


Tan digno que se ve, y hace este tipo de películas.

Tras ver estas imágenes, los ejecutivos siguen el consejo del Profesor Monroe, y ordenan destruir los rollos. La película termina con el cansado antropólogo preguntándose quienes fueron los verdaderos caníbales.

El estreno de la película suscito una gran polémica en Italia, no solo por la violencia y excesos que mostraba en pantalla, sino también por rumores muy persistentes de que Deodato había asesinado a sus actores y filmado sus muertes para su cinta. Sospechoso de usar los mismos métodos que su película condenaba, Deodato fue arrestado y su película confiscada. Comprobar su inocencia le resultó difícil, ya que parte de la promoción de su cinta en los medios implicaba que los hechos filmados fueron reales, y había hecho firmar a sus actores un contrato para que no aparecieran en los medios durante un año.

Al final, el director pudo demostrar que era inocente: reunió a sus actores en televisión y mostró como la escena de la mujer empalada fue lograda con efectos especiales.

Sin embargo, las cortes determinaron que Deodato era culpable de crueldad animal: durante la película, se ven las muertes gráficas de varios animales, las cuales fueron reales y muy crueles, lo cual le costó a Deodato y a su estudio una sentencia suspendida de cuatro meses y el que su película solo pudiera ser distribuida cuatro años después, tras varios litigios, en una versión editada.

Como película del género de horror, es un interesante comentario acerca de como los cineastas de la época tendían a buscar el impacto en el público por medio de escenas sangrientas o que les causaran sentimientos de asco y desagrado. Nos muestra que el horror que sentimos al ver a las gentes que tienen rituales canibalistícos y de asesinato ritual, no se compara con el que puede producir la gente que pertenece al dizque mundo “civilizado”. Recordemos que de esta época son otros filmes de excesos violentos como The House on the Edge of the Park (también de Deodato), Last House on the Left (de Wes Craven, sin relación con la de Deodato) y I Spit on your Grave (Meir Zarchi).

También es una muestra de como el afán de películas más recientes por tratar de asustarnos con la supuesta realidad de los hechos que muestran (The Blair Witch Project, Paranormal Activity) no es nada nuevo. Tomando en cuenta la época en que estos filmes han sido producidos, y el éxito que tuvieron en convencer al público de su autenticidad, Holocausto Caníbal se lleva las palmas, en cuanto a hacernos sentir la realidad de su mundo, sin ninguna duda.

No puedo dejar de pensar en la ironía de que, buscando condenar a los cineastas que escenificaban escenas violentas para beneficio propio, Deodato acabara cometiendo actos de crueldad animal, solo para que su película tuviera un toque de realismo, que permitiera al público estar más dispuesto a creer que el resto de la violencia que mostraba también fuera auténtica. Hasta podría decir que lo hizo a propósito, pero un director de cine que fuera tan sofisticado como para producir este tipo de ironía, podría haberlo hecho de alguna otra manera, sin victimar animales.


Si son fanáticos del cine "gore", o les gusta el cinéma vérité de terror (como The Blair Witch Project), les recomiendo esta película. Les garantizo que no les dejara indiferentes, y les hará reflexionar acerca de las diferencias entre el mundo civilizado y la naturaleza.


Para saber más:

Artículo de Dimensión Fantástica (con imágenes de la película)

Artículo de Multiple Maniacs

domingo, 25 de julio de 2010

Nasubi: Sobreviviendo por la Fama


La Fortaleza de la S
oledad

¿Qué clase de monstruo querría ver como un hombre desnudo, desnutrido y encerrado en un cuartito sufre penurias indecibles solo para entretenerse por un rato?

Respuesta: 17 millones de japoneses, que cada Domingo sintonizaban el programa Susunu! Denpa Shōnen de la cadena Nippon Television.

El joven Tomoaki Hamatsu, de 23 años, se había mudado a Tokio tras graduarse de la preparatoria, con el fin de entrar en el negocio del espectáculo. En Enero de 1998, tras responder a un anuncio en el periódico para una audición, se encontró con que el único requisito era ganar una lotería entre todos los aspirantes que se habían presentado.

Tras ser declarado el ganador, le vendaron los ojos y lo trasladaron a un pequeño departamento en una locación desconocida, en cuyo interior solo había un montón de revistas, otro montón de tarjetas postales, un cojín, una mesita, una radio pequeña, un teléfono, varios cuadernos y algunas plumas. No había comida, televisión o papel de baño. Al entrar al lugar, le ordenaron que se desnudara.


Solo le falta un póster de los Pumas, y sería como un estudiante de la UNAM.

Los productores le explicaron las condiciones del reto: no podría salir del cuarto hasta haber ganado un millón de yenes ($10,000 USD) en productos, por medio de concursos que salieran anunciados en la radio o en las revistas, mandando sus datos por medio de las tarjetas postales. Si quería comer, tendría que ganar la comida. Lo mismo si quería usar papel de baño, jabón o cualquier otra cosa que necesitara. Según los productores, querían demostrar que en Japón había tal cantidad de concursos que era posible vivir con lo que uno ganara de ellos.

Nasubi (Berenjena) es un apodo que el aspirante a comediante se ganó en el transcurso del programa, debido a su cara alargada y a que la censura usaba una imagen de una berenjena para ocultar sus partes nobles. El programa empezó a transmitirse casi de inmediato, permitiendo que los tele-videntes japoneses pudieran ver como Nasubi se las arreglaba ante su nueva situación.

Nasubi se puso a trabajar: mandaba entre 3000 y 8000 tarjetas postales por mes, esperando que los premios que ganara le permitieran subsistir. Sin embargo, los premios que ganaba al principio no eran comestibles, ni muy caros. Su primera comida en dos semanas fue un poco de jalea.


Así vivimos todos los hombres cuando somos solteros. Todos.

Pero Nasubi no se rindió, y continúo entrando en los concursos, festejando con gran alegría cuando ganaba. Poco a poco fue obteniendo premios útiles: una gran bolsa de arroz en Febrero (que tuvo que cocinar en una lata con un mechero y comiéndolo con plumas a modo de palillos), una televisión (sin antena o cable en el departamento), un póster de su actriz favorita (Ryoko Hirose), boletos para la película de las Spice Girls (sin comentario), animales de peluche y varios tipos de botanas.

Aún así, no podía cortarse el pelo o las uñas, continuaba desnudo y empezaba a perder peso. En el mes de Mayo, un doctor lo examinó para determinar su estado de salud, y lo encontró satisfactorio.

Para el mes de Junio, el arroz se había acabado, y Nasubi tuvo que comer comida de perro. Para entonces, el show se había vuelto muy popular, y los medios descubrieron el lugar en el que Nasubi se encontraba recluido. Los productores del show tuvieron que trasladarlo en medio de la noche a una nueva locación para evitar que los admiradores y los reporteros interfirieran.

En Julio, la cadena puso a disposición de la gente el video en vivo por Internet del programa. Ahora Nasubi podía ser visto por sus fans las 24 horas del día, lo que despejó las dudas de los que creían que todo era actuado. Podían ver como Nasubi se esforzaba por alcanzar su meta, para la cual ya solo le faltaba menos de la mitad del dinero necesario.


Lata la-la-la lata, latalatalatala.

Durante los meses siguientes, su suerte siguió siendo errática: pasaban días sin que ganara nada, y lo que ganaba era de muy poco valor. El momento más dichoso que tuvo fue cuando pudo salir a la playa, tras estar ocho meses encerrado en el apartamento.

En Octubre, los medios se enteraron otra vez de la locación de Nasubi, y tuvieron que mudarlo a un nuevo lugar. Su suerte mejoró, y ganó una videocasetera para ver los dos videos que tenía: uno de ejercicios y otro de ciclismo. También ganó un Playstation, con el cual se divirtió por unos días, pero luego lo dejó para volver a concentrarse en ganar los concursos.

Nasubi alcanzó la meta en Diciembre, gracias a un paquete de arroz. Durante la noche, uno de los productores lo despertó con fuegos artificiales, y Nasubi se dio cuenta de que había ganado. Le devolvieron su ropa, le dieron de comer y lo llevaron a Corea del Sur en un tour turístico y a que disfrutara de una auténtica barbacoa coreana, su comida favorita.

Pero los tele videntes querían más Nasubi, y la gente del canal no iba a dejar que su programa más popular acabara así como así. Para entonces el show de Nasubi se había convertido en todo un fenómeno en Japón: se hacían comerciales con los videos que lo mostraban con los productos que ganaba, e incluso los diarios que escribía durante su desafío se volvieron éxitos de librería.

Por eso, al finalizar su vuelta por Corea del Sur, los productores lo llevaron a otro apartamento, dejándolo otra vez sin ropa y sin comida, y teniendo que ganar concursos para sobrevivir.

Esta vez había una pequeña gran diferencia: dejaron a Nasubi en Corea del Sur, un país extranjero con una lengua que no conocía. Al menos la meta era más fácil de conseguir: tenía que ganar el monto equivalente a un boleto de vuelta a Japón en clase turista ($400 USD).


Como todos los ganadores de un reality show, en cuanto puede se quita la ropa.

Pronto obtuvo varios premios, a pesar de la barrera del idioma, y los productores movieron la meta: de un boleto en clase turista a clase de negocios, y luego hasta un boleto en primera clase. Todo esto, sin decirle nada a Nasubi, quien empezó a sospechar de que cambiaban las reglas, y pidió que lo dejaran ir, puesto que ya había ganado lo suficiente.

Nasubi fue trasladado de nuevo, llevándolo de vuelta a Japón, y fue puesto en el interior de un cuarto pequeño y oscuro, sin decirle palabra. Acostumbrado a esto, Nasubi se desvistió y espero a que apareciera alguien para explicar cual sería ahora su siguiente desafío.

De repente, las paredes del cuarto cayeron, y Nasubi se encontró ante una audiencia de sus fans en un estudio de televisión. Los conductores del programa lo saludaron y le explicaron que desde el principio, sus sufrimientos y pequeñas victorias habían sido transmitidas a todo el país, y se había vuelto uno de los programas de mayor audiencia. Nasubi ahora era una celebridad, y se sorprendió al saber lo famoso que se había vuelto tras quince meses de aislamiento.

Nasubi dijo que en varias ocasiones se encontró al borde de la desesperación: “Pensé en escapar varias veces... Estaba al final de mis fuerzas, sobre todo hacia al final”. Tras su experiencia, Nasubi decidió dedicarse a la actuación y dejar de ser comediante, apareciendo en programas de televisión (Densha Otoko, Kamen Rider Double) y producciones de teatro.

Ahora, solo queda esperar a que algún ejecutivo de la televisión mexicana quiera repetir el experimento, en vista de como ha habido ya versión nacional de Big Brother, Operación Triunfo y Fear Factor. Tal vez la única diferencia sea que cambien el arroz por frijoles.