Una magistral historia de
ciencia-ficción hecha en Argentina.
Todo un clásico del cómic
latinoamericano.
La historia comienza en la casa del
guionista de cómics Héctor G. Oesterheld, quien se encuentra
ocupado trabajando durante la madrugada. De repente, al oír un
crujido que proviene de la silla que se encuentra frente a su
escritorio, presencia con asombro como una figura humana se
materializa frente a él: El Eternauta, el viajero de la eternidad.
Cansado por sus viajes, le pide a
Oesterheld que le deje estar un rato en su hogar, y a cambio, le
contará su historia, del cómo llego a su casa, de sus aventuras a
través del espacio-tiempo, de una búsqueda sin fin.
Si te gustó la figura, visita al escultor Marco Navas
Su historia inicia en una fría noche
de invierno, en la ciudad de Buenos Aires. Juan Salvo, padre de
familia, se encuentra jugando a las cartas con sus amigos Favalli,
Polsky y Lucas, mientras escuchan la radio.
Lo que parecía ser una noche de buena
suerte para Juan se vuelve de pronto una pesadilla: la luz eléctrica
se ha ido, y fuera de las ventanas de su hogar se puede ver como una
nevada fosforescente comienza a cubrir la ciudad, matando a
cualquiera que tenga contacto con ella.
Asustado, Juan corre a ver a su esposa
Elena, y su pequeña hija Martita, respirando con alivio al ver que
las ventanas estaban cerradas.
Los ocupantes de la casa se encuentran
en una situación precaria: sin manera de pedir ayuda al exterior, y
sin saber cuanto tiempo pasará antes de que les socorran, se
encuentran tan aislados como si estuvieran en una isla en medio del
océano.
Las pocas noticias que escuchan por la
radio les hacen ver que el desastre afecta a gran parte de América
del Sur, y que cualquier rescate del exterior tardará semanas.
Algún día, la sociedad no verá con malos ojos usar ropa de látex en la calle. Algún día.
Poniendo manos a la obra, consiguen
confeccionar un traje protector para poder salir al exterior a
encontrar los suministros que necesitaran para poder sobrevivir :
comida, medicinas, y en especial armas, con las cuales defenderse de
otros sobrevivientes dispuestos a lo que sea.
Es durante la primera salida de Juan
con el traje puesto que encuentra a Pablo, un muchacho ayudante en
una ferretería, que se ha salvado porque su jefe le encerró en el
sótano para castigarlo.
Después de rescatarlo y llevarlo a su
casa, Favalli propone que abandonen la ciudad, para no estar a la
merced de la anarquía que empieza a apoderarse de la ciudad.
Mientras buscan suministros y un
vehículo en el cual todos puedan irse, presencian con asombro como
aparecen diversas luces extrañas en el cielo, que aterrizan en
distintos puntos de la ciudad.
Para Favalli esta es la prueba
definitiva: se encuentran en medio de una invasión extraterrestre.
Como para confirmar sus palabras, presencian como un escuadrón de
aviones entero es aniquilado por un potente rayo que los hace
explotar en medio del aire.
Pero la huida de Juan y sus amigos es
interrumpida por la llegada de varios soldados del ejército, quienes
por fin se han organizado para el contraataque, y están reclutando a
todos los sobrevivientes que quieran unírseles.
Juan se despide de su familia, pensando
que será la última vez que vea a su esposa y a su hija.
¡Pero que cucarachas tan grandes tienen en Argentina!
A partir de este momento, el tono de la
historia cambia a uno más orientado a la acción. Juan se encuentra
de repente al mando de varios milicianos, con los cuales se
enfrentara a las terribles armas de los invasores: rayos
desintegradoress, naves voladoras, transmisores de alucinaciones.
Además de diversas razas
extraterrestres esclavizadas por los invasores: los insectos de gran
tamaño a los que llaman “Cascarudos”, bestias gigantes llamadas
“Gurbos”, otros seres humanos, y los tenientes de los invasores,
los “Manos” (llamados así por tener un gran número de dedos en
cada mano).
Las batallas ocurren con gran rapidez:
de las calles de la ciudad, al Estadio del River Plate, escenario de
varias batallas, hasta llegar a la Plaza del Congreso, cuartel
general de los invasores, llamados “Ellos”.
Juan y sus amigos presencian un ataque
con armas nucleares por parte de las potencias del mundo contra el
cuartel general de los invasores, pero al estar protegido por un
campo de fuerza, el ataque resulta inútil.
Desearía tener más dedos, para escribir más rápido.
Será gracias al heroísmo anónimo de
Juan que los “Ellos” sean abatidos, con el tiempo justo de
resguardarse de un nuevo ataque nuclear.
Con la conquista alienígena detenida
por el momento, el grupo de sobrevivientes escucha anuncios en la
radio acerca de un área segura en las afueras de la ciudad, donde
las fuerzas aliadas reúnen a los sobrevivientes.
Pero esto no es más que un truco de
los invasores, quienes buscan esclavizar a los pocos humanos que
quedan en el área.
Juan y su familia suben a una de las
naves de los invasores, para tratar de huir. Ignorante de los
controles, Juan activa un dispositivo que los separa a través del
tiempo y el espacio.
Aquí es donde la historia vuelve al
momento en que Juan aparece en el domicilio de Oesterheld.
¿Invasión alienígena, o juego de la final de fútbol ? ¡Tú decides!
Impresionado por su historia, el
escritor descubre que los sucesos de los que habla el Eternauta
ocurrirán en 1963, a cuatro años en el futuro. Al saber que se
encuentra en el pasado, Juan sale corriendo a la calle, dispuesto a
reunirse de nuevo con su esposa y su hija, con Oesterheld pisándole
los talones.
El escritor presencia la reunión de
Juan con su familia, pero al tratar de hablar con Juan, él lo
desconoce. Se da cuenta de que el Eternauta ha perdido la memoria al
reintegrarse con su ser pasado.
La historia acaba con Oesterheld
dándose cuenta de que tal vez la única forma de evitar el horror de
la invasión alienígena sea contando a la gente lo que el Eternauta
le relató.
No se me emocionen, es solo una imagen photoshopeada de mlunatico
Oesterheld demuestra una gran
imaginación a la hora de contar la historia, más teniendo en cuenta
que la empezó a escribir en 1957.
"El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo
humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el
único héroe válido es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, el héroe solo", explicó el autor.
Cada
uno de los personajes tiene su momento, una parte esencial en la
trama, y todos se ayudan a todos a lograr el objetivo común de
sobrevivir a la invasión.
También vemos referencias a los
golpes de estado y guerras civiles, que en ese entonces ocurrían en
América del Sur, y en su propia Argentina: de como los hombres se
ven forzados a matarse los unos a otros, dirigidos por una élite que
no se involucra en los conflictos.
Los alienígenas forzados a pelear, y
morir en la invasión, acaso sean un comentario contra las
intervenciones de otros países en el hemisferio sur, forzando a
soldados extranjeros a hacer la guerra contra un enemigo que no les
ha agredido.
Francisco Solano López es el dibujante
de la historia, cuyo arte no ha sufrido con el paso del tiempo. Sus
personajes reflejan una variedad de emociones, ya sea con gran
entusiasmo o con una calculada sutileza, de una humanidad más que
creíble.
Podemos ver la tensión que sienten
ante sus inusitadas circunstancias, tanto en sus expresiones como en
sus movimientos, ya sean humanos o alienígenas.
Lo siento, fans de Robert A. Heinlein, pero este cómic mostró antes a soldados contra bichos gigantes.
Las secuencias de acción son de gran
realismo y detalle, enmarcadas por las calles de la ciudad de Buenos
Aires, que en el dibujo de Solano López se convierte en un personaje
más. Refleja en sus calles vacías la soledad que llegan a sentir
los protagonistas al inicio, o la devastadora acción del combate en
medio de las casas y tiendas, por las que pasaban todos los días.
De notar es el diseño imaginativo de
los distintos alienígenas, extraños en su forma, pero con una gran
atención al detalle, de tal forma que nunca quedan fuera de lugar en
el mundo que Francisco Solano nos presenta por medio de su arte.
A esta serie le seguirían distintas
versiones de la misma y continuaciones, pero por desgracia la
detención de Oesterheld el 24 de Abril de 1977, por parte de la dictadura de
Argentina, no le permitió continuar la historia.
¿Pero qué tipo de gobierno detiene a la gente sin juicio?
Se supone que el motivo de su detención fue por haber escrito una biografía del Ché Guevara. Sus 4 hijas (Marina, Estela, Beatriz y Diana) también desaparecieron o fueron asesinadas.
Solano siguió activo en el ambiente
del cómic argentino, continuando la historia del Eternauta por su
cuenta, tratando de reflejar en sus páginas los nuevos peligros de
la actualidad.
El dibujante murió el 12 de Agosto de
2011, de una hemorragia cerebral, uniéndose a Oesterheld en su viaje
por la eternidad.
Para saber más: