lunes, 15 de marzo de 2010

Thomas Leopold: O como aprendí a preocuparme y a odiar la radiación.

La vida te da sorpresas. Algunas malas, y otras horrendas más allá de lo imaginable, como la que veremos en este artículo.

¿Le confiarías tus hijos a este hombre?

Thomas Leopold era un director de escuela en Harrow, Middlesex, Inglaterra, con estudios en Genética y una maestría en Psicología, fundador de un instituto de tutoría para estudiantes de primaria a pre-universitarios, desde 1993.

O al menos hasta que una investigación de la policía en el 2006 reveló que el profesor de 42 años tenía en su posesión imágenes indecentes de menores descargadas de la Internet.

Leopold fue liberado bajo fianza, y no habría mucho de curioso en su caso, uno de cientos que ocurren en el mundo todos los días, de no ser por un pequeño detalle: Leopold sufría de cáncer en la tiroides, por lo que su juicio, que tendría ha lugar en Octubre de ese año, fue pospuesto hasta que su estado de salud mejorara.

Fig 1-A: Como obtener superpoderes.

Su tratamiento concluyó el 3 de Febrero de 2009, apenas una semana antes de que empezaran las audiencias de su juicio. Como parte de su tratamiento, le fue administrado Yodo-131, una sustancia radiactiva que resulta de gran ayuda para este tipo de cáncer, con el pequeño inconveniente de que el paciente debe ser mantenido bajo observación por un periodo de seis semanas, para asegurarse que la sustancia deje su cuerpo sin problemas, ya que la medicina convierte todo su cuerpo y fluidos corporales en un potencial riesgo de contaminación radiactiva, sobre todo para mujeres embarazadas y niños pequeños.

Detengámonos por un momento para apreciar la situación: Un hombre con una educación e inteligencia muy por encima de la media, con tendencias pedófilas, se vuelve un riesgo aún mayor para el público gracias a la radiactividad.

Con sus nuevos poderes, Thomas Leopold se las arregló para escapar de la justicia: el 5 de Febrero del 2009, Leopold fue cuestionado por agentes de la ley al descubrir que estaba a bordo de un ferry hacia Irlanda. Argumentando que las condiciones de su libertad condicional habían cambiado para así poder ir a visitar a su madre, los agentes le dejaron que permaneciera encerrado en su auto tras mostrarles la tarjeta médica que comprobaba su actual estado nuclear.

Imagina que les salen pies y quieren verter su contenido dentro de tus hijos.

Y entonces desapareció.

Su repentina ausencia desató una gran preocupación entre la gente del Reino Unido. Las autoridades recomendaron a los agentes de la ley que tuvieran extremo cuidado al capturarlo, ya que podría transmitirles la radiación extrema con solo tocarlos a ellos u objetos que estuvieran cerca, y que no se tomaran esta advertencia en broma.

Por suerte para el público, Leopold reapareció a principios de Abril del mismo año, y se presentó ante la corte para responder por sus crímenes. El juez a cargo de su caso le dejó en libertad, tomando en cuenta su pobre estado de salud y su anterior buen comportamiento.

El Mundo Real, ese lugar que has creído tan seguro y libre de los peligros irracionales de los cómics, TV y películas, se las ha arreglado para crear un ser horripilante salido de nuestros peores miedos. De ahora en adelante, cuando tus hijos te pregunten si el Coco existe, pausaras un momento antes de responder, porque en un mundo en el que ha existido un pedófilo radiactivo, es un mundo donde ya nada es seguro.


Para saber más:

Artículo del Daily Mail (inglés)

Artículo del Daily Mail de su reaparición (inglés)

Nota en Absurdidades